1.
Párate
derecho. Hacer la araña hacia atrás y terminar en el arco es la versión más
avanzada. Para hacer este movimiento, empieza en una posición de pie y dóblate
lentamente hacia atrás, hasta que tus manos lleguen al suelo y alcances la
posición del arco.
- Para
empezar, ponte de pie con los pies bien apoyados en el suelo, separados
por una distancia similar al ancho de tus hombros.
- A
medida que mejoras haciendo la araña hacia atrás, puedes juntar los pies
cada vez más.
2.
Eleva
los brazos hacia el techo. Mientras te inclinas hacia atrás, dependerás de
tus brazos para finalmente alcanzar el suelo y apoyar tu arco, de modo que
necesitas que tus brazos estén extendidos por completo al inclinarte hacia
atrás.
3. Arquea
la espalda y dóblate hacia atrás. Despacio y con mucho control, arquea la
espalda mientras te inclinas hacia atrás, moviendo los brazos y la cabeza al
mismo ritmo. A medida que te inclinas, asegúrate de que tu mirada siga la
dirección en la que vas, de modo que puedas ver bien y no termines mareado.
- Si
tienes problemas para hacer este movimiento o estás nervioso, practica
frente a una pared, de manera que cuando te inclines hacia atrás, puedas
apoyarte en la pared con las manos y avanzar despacio hacia el suelo.
4. Coloca
las manos sobre el suelo. Ya sea que te apoyes en una pared o hagas una
araña completa hacia atrás, debes colocar las manos sobre el suelo tan pronto
como sientas que llegaste.
- No
permitas que tu pecho o espalda colapsen; quédate en la posición arqueada
hacia atrás para mantener el arco.
5. Descansa
de la pose del arco. Puedes descansar de la pose del arco como de
costumbre, es decir, bajando lentamente. Otra opción para personas con mayor
flexibilidad, es descansar de esta pose caminando nuevamente por la pared con
las manos o salir de la posición de la misma forma en que la lograste, pero en
reversa.
6. También
puedes terminar la pose del arco pasando hacia el otro lado con un salto mortal
hacia atrás. Para hacerlo, debes pasar el cuerpo hacia atrás, hasta llegar
a una posición de frente.
Sigue estos pasos:
- Dobla
más las rodillas y acerca tus pies aún más a tu cuerpo. Empuja la cabeza
más lejos a través de tus brazos, de modo que termines viendo tus pies.
- Párate
sobre los dedos del pie y apoya tu peso sobre el pie no dominante.
Levanta el pie dominante del suelo a la altura aproximada de tu rodilla.
- Usa
el pie no dominante para elevarte del suelo y da una especie de patada
con el pie dominante, hazlo hacia arriba y sobre la cabeza, para luego
continuar con el otro pie. Continúa con el pie dominante hasta llegar al
suelo y apóyate, luego lleva el otro pie y, desde esa posición, puedes
ponerte de pie.
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